Behind the Scenes of "Love, Simon"
“Love, Simon” es una película realmente excepcional. Construida alrededor de la cotidianeidad de un adolescente estadounidense que como cualquier otro su día transcurre entre su hogar, la escuela y una que otra salida con sus amigos. Existe solo un problema en su vida y gira en torno a un secreto que carcome su felicidad: Simon es gay y no sabe cómo aceptarlo.
Hijo de una psicóloga, pensaríamos que este tipo de dudas existenciales serían mucho más fáciles de asimilar pero lo magia de la cinta se posa en este periodo de auto-descubrimiento que se complica al momento en que un compañero de escuela descubre su secreto y chantajea a Simon amenazándolo con publicar correos electrónicos privados a toda la escuela.
Hace un tiempo en medio de la vertiginosidad mediática que revoloteaba sobre “Call Me By Your Name”, el filme de Lucas Guadagnino, un amigo recuerdo que me decía que no comprendía como uno podía amar una película que según el “censuraba la sexualidad que se expone en el libro” (en el libro hay escenas con relaciones fecales por ejemplo) lo que me hizo reflexionar que estamos en una nueva era de cine LGBT+ que puedo entender mejor con una frase de Gabriela Mistral: “la humanidad es todavía algo que hay que humanizar”.
Mientras que la presencia de personajes LGBT+ en el cine no es cosa nueva, la notoriedad y complejidad de los mismos ha visto empatía y mayor tratamiento en años recientes. Recordemos por ejemplo en Mean Girls el personaje de Damian (interpretado por Daniel Franzese), que si, era abierto con su sexualidad en el mismo contexto de Simon, solo que el mismo terminaba dirigido hacia la heroína heterosexual de la película – hay una línea que hasta tilda a Damian “demasiado gay para funcionar”.
Y he aquí el verdadero legado de “Love, Simon”. Lo refrescante de conocer un personaje redondo cuya sexualidad es solo parte de su identidad mas no su estandarte, haciéndolo próximo a tantos segmentos de audiencia. Es una historia de identidad descubierta a través del amor – propio y ajeno – un esbozo de sonrisa que adivina un futuro más brillante para la diversidad en cinema, ya sea adolescente o adulto.
“Love, Simon” is a truly remarkable movie. Built around the ordinariness of an American teenager that like any other his days wandering around the school, his house and his friends. There’s only one problem: he is gay and he doesn’t know how to embrace this.
A psychologist’s son, some would think this would help assimilate reality easier but the magic of the film lays on this period of time where Simon struggles to accept himself altogether with a blackmailing classmate that threatens to air every private e-mail Simon has with an online crush.
A while ago, while the buzz storm around Lucas Guadagnino’s film, “Call Me By Your Name”, was still present a friend of mine recriminated he couldn’t believe people loved these movies that “censored the blunt sexuality of gay love” (in the book there are references to fecal fetishes for example). This just opened a window that led me to understand how far we’ve gone in expressing gay love in mainstream cinema: gay characters are just characters, with flaws and alls.
While the presence of LGBT+ characters is not news, the notoriety and the complexity of these has improved in empathy and treatment over the years. Let’s go down memory lane directly to “Mean Girls” where Damian (played by Daniel Franzese) was openly gay in high school, same as Simon, the difference and common denominator with other gay subjects was directed at the straight heroine, who must just prove her heterosexuality in order to gain acceptance from peers and audience – in one of the film’s most memorable quotes Damian is actually said to be “too gay to function.”
And here is where “Love, Simon”’s legacy finds home (aside from being the first movie to star a gay teen produced by a major movie studio): the development of a round character whose sexuality is just part of his identity as human, not his flag. It’s a love story where you’ll find yourself through the eyes of a 17-year-old white boy that struggles just to be a human.
Hello, World!