Versace's Legacy: The Oroton Dress.

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Era la década de los 90s y el minimalismo de Helmut Lang, Calvin Klein y Jil Sander predominaba. Los diseñadores escapaban del maximalismo ochentero, de los hombros pronunciados y del polyester para guardarse en la filosofía que una vez enunció Mies van der Rohe: “Less is more”.

Es ahí donde entra la herencia disruptiva de Giovanni Maria Versace – o Gianni como el mundo entero lo conoce. Amante de la vida, Giovanni era un couturier como ningún otro: nadie hacia de lo raro algo hermoso – incluso sublime - como él.

Como buen calabrés, Gianni construyó el imperio Versace en el deseo hacia el cuerpo humano, al punto de convertir al ser en un ídolo italiano bien explicado en esta frase: “Me encanta el cuerpo humano. Me encanta crear todo lo que potencialmente pueda estar en contacto con él”. Y fue exactamente eso lo que hizo.

Versace es sinónimo de excesos, de lo barroco y de lo ridículamente hermoso. Esta visión fue la que lo colocó arriba de los demás, su ventaja diferencial. Fue en 1982 cuando Gianni entonces tuvo la idea de crear algo que diera la ilusión de oro líquido sobre el cuerpo. Fue por esta fascinación que el “oroton” vio la luz.

Fue así, que en colaboración con un artesano alemán, Gianni inventó un textil que combinaba lo sutil de la seda con la textura única del metal. La ténica se basada en el ensamblaje de pequeños discos de metal sin conectarlos entre ellos ajuntándolos en cuatro diferentes puntos con una base delicada de tela.

La fluidez del “oroton” fue tan rotunda que se convirtió en el epítome de la heroína de los ochentas. Luego de esto, Gianni se convirtió en un prodigio que fue capaz de trabajar con practicante cualquier tipo de textil convirtiéndolo luego en piezas maestras que vivirían con nosotros como testamento del genio que fue Gianni Versace.

Sin duda alguna, fue este sentido excepcional de destreza y artesanía el que permitió a este diseñador icónico de Italia liberar la figura femenina – así como Coco Chanel lo hizo en un entonces – en todo el mundo. Dejando como legado no moda, sino una liberación femenina que quedará indeleble en los libros de historia y que representa una insignia de la década de los noventas.

Donatella Versace, Gianni's sister, during her "Gianni Versace Tribute" runway collection last Fall/Winter 2017. 

Donatella Versace, Gianni's sister, during her "Gianni Versace Tribute" runway collection last Fall/Winter 2017. 

 

It was the 90’s and minimalism was seen over every runway: Helmut Lang, Calvin Klein, Jil Sander, et al. Designers were trying to escape 80’s maximalism – broad and exaggerated shoulders, polyester and perms – to go after Mies van der Rohe’s philosophy of “less is more”.

It was at that exact same turning point when Giovanni Maria Versace’s disruptive designs took over the world in a storm. A lover of life, Gianni, as the world knew him, was a couturier like no other, someone who could make the abhorrent beautiful, even sublime.

Born in Calabria, Italy, Gianni built the Versace empire on the foundations of the human body. He loved the physicality so much that all of his life he urged to transform it into the Italian idols he used to vainglory himself as a kid. He even said once: “I love the human body. I love to create everything that can potentially touch it.” And that’s exactly what he did over the course of his meteoric career.

The name “Versace” became a synonym of excess, of the baroque and the ridiculously beautiful. This was the vision that positioned him above anyone else, he was different, unique.

It was 1982 when Gianni started thinking about something that could give the illusion of liquid metal on the human body, it was this fascination that permitted the genesis of the “orotan” dress. A collaboration between Italy and Germany gave Gianni the opportunity to create a textile that merged the subtleness of silk and the one-of-a-kind texture of metals.

The technique was based on assembling tiny pieces of metal by four different focal points, without connecting them physically but with a delicate mesh made of fabric. The fluidity of the “oroton” was such a success that it became the synonym of 80’s female heroes and rock stars. After this Gianni cemented himself as a prodigious designer that could work literally any fabric to make masterpieces of modern fashion design that could live his testament throughout history.

Undoubtedly, it was thanks to this exceptional craftsmanship skillset what allowed him to live forever as one of the greatest designers known to humankind, who not only made beautiful clothes but someone who freed women from sexual and social paradigms, just like Coco Chanel did in the mid-XX century.